jueves, 19 de febrero de 2009

Ciertas ciencias de la gestión empresarial están basadas en la imprudencia.

Se entiende por prudencia la capacidad para preveer y resolver futuros contingentes.

Los organizadores de las empresas diseñan los productos.
  • Con el menor coste en materias primas y distribución de los recursos productibles.
  • Con el menor coste en fuerza productiva y recursos financieros.
  • Aplican sin embargo el mayor aporte económico a la fuerza organizativa para satisfacer la ambición directiva.
  • Emplean grandes montos dinerarios en comercialización, para manipular los únicos recursos que puede hacer aumentar las ventas, los cuales son los incentivos, las comisiones y la propaganda.

En todo este proceso de diseño hay una relación directa entre la ley del mayor rendimiento del capital y el proceso de diseño de los productos a expender al consumidor.

Esta relación implica que le es mas ventajoso a una empresa vender e incentivar en sus ventas un producto que aporte mas ganancias a los accionistas, priorizando este criterio sobre el de la extrema satisfacción al consumidor.

  • La priorización del beneficio empresarial sobre la perfección del servicio al cliente hace que todas las organizaciones otorguen a sus consumidores un grado de confort en precio y servicio inferior a la excelencia debida.
  • La priorización del beneficio empresarial sobre la perfección del servicio al cliente hace que todos los comerciales prescriban a sus clientes no los productos mas adecuados a sus necesidades sino los productos que repercutan en el vendedor en mayor acopio de comisiones, premios y sobresueldos.
  • En suma la priorización del beneficio empresarial sobre la perfección del servicio al cliente hace que el consumidor se vea insatisfecho en la satisfacción de sus necesidades, lo cual en el largo plazo le hará infiel a la empresa llevándola a su derrota.

El actual sistema de diseño de productos es imprudente y contradictorio.

  • Es imprudente porque no prevé, que la priorización del beneficio empresarial sobre la perfección del servicio al cliente, hace que el consumidor en el largo plazo se vea insatisfecho y abandone su fidelidad a la empresa.
  • Este sistema de diseño de productos es contradictorio porque si bien cumple una suficiencia del rendimiento máximo del capital, incumple la necesariedad de que los rendimientos han de ser perennes.
  • Es por ello que en el proceso de diseño de productos y campañas de ventas podemos reconocer a muchos organizadores imprudentes.

El diseño de la organización de la producción viene determinado, de un lado por la máxima sustitución de los trabajadores por maquinarias junto con sistemas automáticos y de otro lado por la flexibilización de plantillas a través del despido libre.

  • La automatización de los sistemas de producción hace imposible la modificación de los productos según la demanda de los clientes, hasta que han sido amortizadas todas las inversiones en hardware.
  • La flexibilización de plantillas priva a las organizaciones de cultura experiencial, imposibilitando las improvisaciones y mejoras instantáneas que mejoran a los accionistas y a los consumidores, de tal manera que a largo plazo las ventas disminuyen y los accionistas abandonan a la organización.

La prudencia en la organización de la producción pasa inevitablemente por emplear muchos dineros, en proveer fondos internos de seguridad para mantener cada puesto de trabajo contratado y preveer su posible desempleo, aunque el crecimiento de la producción y las ventas se ralentice mientras se constituyen estos fondos de caución al empleo.

  • El despido libre sin derecho a indemnizaciones empresariales aumenta velozmente las cifras de productividad pero deteriora la calidad de la producción por inexperiencia productiva, provocando a largo plazo un desprecio del consumidor por ese tipo de productos.

La prudencia en la organización de la producción pasa inevitablemente por emplear mucho esfuerzo y dinero para la transformación de los trabajadores en investigadores e innovadores, aunque el crecimiento de la producción y las ventas se ralentice.

  • Cuando los trabajadores son ajenos a la comprobación de los nuevos productos investigados y a las innovaciones aplicadas, acaban por desapegarse de sus empresas y terminan por marear a los clientes provocando a largo plazo un desprecio del consumidor por ese tipo de empresas.

La prudencia en la organización de la producción pasa inevitablemente por aplicar automatizaciones para aumentar la productividad comandadas por la propia plantilla sin despidos.

  • Aunque el crecimiento de los beneficios se ralentice, pero esto queda justificado por la necesidad de hacer duraderos los rendimientos del capital.

Todo diseño de producción organizacional tiene que preveer y conjugar dos variables fundamentales, la primera es el rendimiento máximo de los capitales y la segunda es la máxima duración de los rendimientos.

  • La primera variable implica innovar continuamente para producir con la máxima calidad al mejor precio cada producto, así se obtienen grandes cifras de ventas.
  • La segunda variable obliga a investigar para generar nuevos productos que satisfagan al consumidor y de esta manera hacer mas duradera la vida de la empresa.

Las empresas que no prevén el maltrato a futuro de sus consumidores son imprudentes.


Las empresas que no prevén el maltrato a futuro de sus empleados son imprudentes.


Las empresas que no prevén la obsolescencia de sus productos siendo monoproductoras o multiproductoras pero burocráticas no innovadoras son imprudentes.


La mayoría de las empresas acaban siendo obsoletas porque solo han realizado tareas derivadas de ciertas ciencias de gestión empresarial imprudentes.

  • Las cuales se aplican únicamente a la consecución del máximo rendimiento de los capitales sin considerar la durabilidad de los rendimientos de las inversiones.
  • Estos modelos de gestión empresarial son usados por organizadores imprudentes y causan crisis cíclicas económicas.

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