miércoles, 21 de enero de 2009

Las saturaciones de los mercados.

Los productos financieros, los servicios y las manufacturas ya no tienen recorrido en sus ventas porque supuestamente están los mercados saturados.

El consumidor ha llegado a esta situación porque no se le ha atendido en sus nuevas demandas y porque los nuevos productos y servicios no han conseguido ocupar nuevos espacios de mercado.
  • El consumidor está desalentado ante el maltrato que recibe de los fabricantes y servidores.
  • No ha habido ningún esfuerzo ni en investigación ni en innovación aplicada al cliente.
  • Y todo esto ha sucedido porque las estructuras socioeconómicas se han burocratizado.

Las empresas y las instituciones sociales han puesto todo su énfasis en organizarse y cuando hay un proceso organizativo solo salen beneficiados los organizadores burocráticos.

  • De tal manera que los individuos audaces, los creativos, los vendedores los administradores, los productores, los servidores y los propietarios han quedado relegados en sus actividades a la disciplina y mando de los organizadores burocráticos.

En las empresas y las instituciones sociales, por culpa del trabajo denodado de los organizadores burocráticos, se han quebrado las líneas de comunicación de abajo hacia arriba.

  • Ha sucedido que nadie se ha enterado de lo que indicaban los vendedores respecto de las expectativas de sus clientes.
  • Nadie se ha enterado de lo que indicaban los productores respecto de las mejoras en calidad de sus manufacturas y servicios.
  • Nadie se ha enterado de lo que indicaban los investigadores respecto de las posibles innovaciones.
  • Nadie se ha enterado de lo que indicaban los administradores respecto del cuidado de los dineros.
  • Nadie se ha enterado de lo que esperaban los propietarios respecto de sus patrimonios.

Se ha hecho una división terrible entre los organizadores burocráticos y los organizados tomando el poder los primeros para dejar inermes las decisiones autónomas de cada sección organizacional.

  • Las instituciones y las empresas han quedado compuestas por el imperio soberano de los organizadores burocráticos, dejando al resto de los recursos humanos como meros sujetos dóciles, con la única actividad de obedecer.

Los organizadores burocráticos han impedido que existan poderes y contrapoderes equilibrantes y armonizadores en las empresas y las instituciones sociales.

  • O bien han suprimido a los sindicatos de cuadros.
  • O bien han domesticado a los sindicatos de clase.
  • Impidiendo de este modo que las iniciativas audaces en defensa de los trabajadores, dulcifiquen a las fuerzas feroces que persiguen el rendimiento máximo de los capitales y las optimizaciones de los recursos.

Al impedir los organizadores burocráticos la dialéctica de poderes en las empresas e instituciones.

  • Se han desarrollado artificialmente puestos y tareas improductivos.
  • Para dotar económicamente a las tareas burocráticas, se han desarrollado desmesuradamente planteamientos presupuestarios que han quitado fuerza al esfuerzo por conseguir excelencia para el cliente y aplicar innovaciones.

Los organizadores burocráticos se han hecho a la vez supervisores de sus procesos organizativos y toda la gestión de las instituciones y empresas ha quedado en sus manos.

Son muchos los organizadores burocráticos que han impregnado las instituciones pero pocos están reclutados por sus capacidades científicas o experienciales.

  • Por lo que cualquier queja que se les haga a ellos tienden a considerarla como una injuria injusta.
  • También están entrenados en el arte de exculparse de cualquier error, culpabilizando a los organizados.
  • En suma la mayoría de los organizadores burocráticos son gente muy incapaz, con perfiles humanos despojadores que han burocratizado a las empresas y a las instituciones sociales.

La génesis de este tipo de actividad burocrática procede de la común convicción participada por todos por los sujetos poderosos MAMUTES de las organizaciones.

  • Ellos suponen que todos los individuos que ocupan puestos de obediencia, son enemigos de la optimización de los recursos organizacionales y no trabajan para dar el mayor rendimiento a los capitales.

Con la presunción de que todo trabajador obediente es enemigo, se han tomado decisiones en todas las corporaciones públicas y privadas para eliminar al máximo de los trabajos de docilidad.

  • Bien automatizándolos.
  • O bien destruyendo todas sus capacidades autónomas constituyéndoles en terminales mecánicos.
  • Así se han prejubilado a muchos trabajadores perdiendo las organizaciones mucha cultura experimental.
  • Así se han establecido unos procesos directivos procedimentales cuya información solo circulaba hacia las cumbres de las organizaciones, haciendo imposible improvisar cualquier cambio de rumbo, en los momentos en que suceden problemas en las zonas bajas organizacionales.
  • Y todo ello ha concluido en daño para el consumidor.

Para convertir a los trabajadores obedientes en terminales automáticos y para establecer procesos de gestión con múltiples procedimientos que destruyan las capacidades autónomas de improvisación de los empleados obedientes, se han introducido en las corporaciones públicas y privadas a los organizadores burocráticos, los cuales han introducido en sus organizaciones comportamientos de crueldad.

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