martes, 27 de enero de 2009

El entramado de mutuos mandatos y acatamientos, en el trabajo productivo.


La ley del rendimiento máximo y continuo del capital con el menor esfuerzo de riesgo, junto con la ley del crecimiento del poder individual por el desposeimiento del poder a los ajenos, hacen que las fuerzas del trabajo coadyuven a los propietarios de las organizaciones lucrativas a incrementar sus patrimonios. Imponiendo las siguientes exigencias.
Que las cantidades de dinero empleadas en la retribución del trabajo produzcan mayor rendimiento a los intereses del capital, para lo cual la fuerza del trabajo de una empresa ha de conseguir siempre un índice de productividad superior al de la competencia del sector, para vender más productos en el menor tiempo, al menor precio posible, con el máximo de beneficio por cada unidad de venta.
  • Por lo que se tiende a retribuir a la fuerza del trabajo lo menos posible frente a la no posible contención en los pagos a las materias primas, costes financieros y otros costes, impuestos desde el exterior.

Que las cantidades de dinero empleadas en la retribución del trabajo, nunca deceleren la velocidad de retorno de los patrimonios invertidos por los capitalistas, y que el riesgo de la inversión sea asumido al máximo por la fuerza del trabajo.

  • Por lo que se retrasa todo lo que se pueda, los pagos en retribuciones a la fuerza del trabajo y se penaliza la no satisfacción de las cuotas de producción, cuya consecución disminuye el riesgo de las inversiones.

Que las exigencias a los trabajadores solo guardan relación con las capacidades de resistencia físicas y mentales forzándoles al máximo, durante los tiempos en que sean útiles para lograr los objetivos sobrehumanos de productividad.

Es un hecho patente que el coste organizacional que puede ser modificado con mayor velocidad en las organizaciones con ánimo de lucro o en las organizaciones que aspiran a optimizar al máximo sus recursos, son los pagos a la fuerza del trabajo.

  • Los costes de materia prima, los costes energéticos, los costes financieros y todos los costes externos producen sus modificaciones de forma muy lenta, según las variables de los mercados globales.
  • Sin embargo los costes de la fuerza del trabajo pueden ser modificados con mucha mas velocidad bien por negociaciones colectivas rápidas, bien por retrasos en los pagos o por los despidos.

Siendo evidente que el trabajador solo es apetecido por las empresas para ser deslomado en el abuso de sus capacidades físicas y mentales, durante el tiempo en que su cuerpo sea capaz.

  • También a este se le añade el establecimiento de líneas de competencia.
  • Por un lado entre las herramientas y las maquinas con el propio trabajador.
  • De otro lado entre los trabajadores entre sí.

Las líneas de competencia producen dos fenómenos organizacionales, el primero es el aumento de la productividad y el segundo es la evitación de la fricción entre los trabajadores y los propietarios.

  • La competencia del trabajador con su herramienta le hace dependiente del aumento de productividad, respecto de sus índices previos manipulativas corporales.
  • La competencia del trabajador con la maquina, le hace servidor de un elemento monstruoso que puede aumentar sus índices de productividad hasta el infinito y que solo es frenada la maquina por la lentitud del operario, que no la alimenta con la velocidad vertiginosa que el artefacto mecánico requiere.
  • La competencia de los trabajadores con sus herramientas y sus maquinas entre sí, hace que los operarios esfuercen sus cuerpos de forma sobre humana, para producir más que sus compañeros.

Las líneas de competencia se establecen haciendo que los complementos retributivos a la producción generen un mínimo salario digno.

  • Esto quiere decir que el valor añadido que el trabajador aporta a un producto que va a ser vendido a un precio determinado, se devalúa en mucho cuando el trabajador elabora un índice normal de productividad.
  • Y la valoración aplicada al esfuerzo del trabajador, se va aumentando hasta lograr una retribución equivalente al valor añadido real, según el aumento de productividad del operario.
  • Por lo cual todos los trabajadores reciben diferentes salarios y son penalizados los menos competentes.

Cuando las líneas de competencia de los trabajadores se esfuerzan al máximo, las facultades mentales del trabajador quedan lisiadas y muy mermadas.

  • De tal manera que el operario solo exige a su tiempo libre libertad para descansar su corporalidad.
  • Por lo que renuncia a toda protesta o fricción con los propietarios de las organizaciones.
  • El trabajador teme más al desempleo que a su maltrato y acepta la pérdida de sus derechos y su dignidad.

Así pues los propietarios de las empresas encargan a los organizadores.

  • Que establezcan con mucha fortaleza, líneas de competencia en las fuerzas del trabajo, para cumplir sus objetivos económicos de incrementar sus patrimonios de poder.
  • para ello establecen de forma rígida entramados de obediencia y sumisión entre los organizadores y los trabajadores.
  • Los propietarios de las empresas obligan a los organizadores a despersonalizar a los trabajadores.

miércoles, 21 de enero de 2009

Las saturaciones de los mercados.

Los productos financieros, los servicios y las manufacturas ya no tienen recorrido en sus ventas porque supuestamente están los mercados saturados.

El consumidor ha llegado a esta situación porque no se le ha atendido en sus nuevas demandas y porque los nuevos productos y servicios no han conseguido ocupar nuevos espacios de mercado.
  • El consumidor está desalentado ante el maltrato que recibe de los fabricantes y servidores.
  • No ha habido ningún esfuerzo ni en investigación ni en innovación aplicada al cliente.
  • Y todo esto ha sucedido porque las estructuras socioeconómicas se han burocratizado.

Las empresas y las instituciones sociales han puesto todo su énfasis en organizarse y cuando hay un proceso organizativo solo salen beneficiados los organizadores burocráticos.

  • De tal manera que los individuos audaces, los creativos, los vendedores los administradores, los productores, los servidores y los propietarios han quedado relegados en sus actividades a la disciplina y mando de los organizadores burocráticos.

En las empresas y las instituciones sociales, por culpa del trabajo denodado de los organizadores burocráticos, se han quebrado las líneas de comunicación de abajo hacia arriba.

  • Ha sucedido que nadie se ha enterado de lo que indicaban los vendedores respecto de las expectativas de sus clientes.
  • Nadie se ha enterado de lo que indicaban los productores respecto de las mejoras en calidad de sus manufacturas y servicios.
  • Nadie se ha enterado de lo que indicaban los investigadores respecto de las posibles innovaciones.
  • Nadie se ha enterado de lo que indicaban los administradores respecto del cuidado de los dineros.
  • Nadie se ha enterado de lo que esperaban los propietarios respecto de sus patrimonios.

Se ha hecho una división terrible entre los organizadores burocráticos y los organizados tomando el poder los primeros para dejar inermes las decisiones autónomas de cada sección organizacional.

  • Las instituciones y las empresas han quedado compuestas por el imperio soberano de los organizadores burocráticos, dejando al resto de los recursos humanos como meros sujetos dóciles, con la única actividad de obedecer.

Los organizadores burocráticos han impedido que existan poderes y contrapoderes equilibrantes y armonizadores en las empresas y las instituciones sociales.

  • O bien han suprimido a los sindicatos de cuadros.
  • O bien han domesticado a los sindicatos de clase.
  • Impidiendo de este modo que las iniciativas audaces en defensa de los trabajadores, dulcifiquen a las fuerzas feroces que persiguen el rendimiento máximo de los capitales y las optimizaciones de los recursos.

Al impedir los organizadores burocráticos la dialéctica de poderes en las empresas e instituciones.

  • Se han desarrollado artificialmente puestos y tareas improductivos.
  • Para dotar económicamente a las tareas burocráticas, se han desarrollado desmesuradamente planteamientos presupuestarios que han quitado fuerza al esfuerzo por conseguir excelencia para el cliente y aplicar innovaciones.

Los organizadores burocráticos se han hecho a la vez supervisores de sus procesos organizativos y toda la gestión de las instituciones y empresas ha quedado en sus manos.

Son muchos los organizadores burocráticos que han impregnado las instituciones pero pocos están reclutados por sus capacidades científicas o experienciales.

  • Por lo que cualquier queja que se les haga a ellos tienden a considerarla como una injuria injusta.
  • También están entrenados en el arte de exculparse de cualquier error, culpabilizando a los organizados.
  • En suma la mayoría de los organizadores burocráticos son gente muy incapaz, con perfiles humanos despojadores que han burocratizado a las empresas y a las instituciones sociales.

La génesis de este tipo de actividad burocrática procede de la común convicción participada por todos por los sujetos poderosos MAMUTES de las organizaciones.

  • Ellos suponen que todos los individuos que ocupan puestos de obediencia, son enemigos de la optimización de los recursos organizacionales y no trabajan para dar el mayor rendimiento a los capitales.

Con la presunción de que todo trabajador obediente es enemigo, se han tomado decisiones en todas las corporaciones públicas y privadas para eliminar al máximo de los trabajos de docilidad.

  • Bien automatizándolos.
  • O bien destruyendo todas sus capacidades autónomas constituyéndoles en terminales mecánicos.
  • Así se han prejubilado a muchos trabajadores perdiendo las organizaciones mucha cultura experimental.
  • Así se han establecido unos procesos directivos procedimentales cuya información solo circulaba hacia las cumbres de las organizaciones, haciendo imposible improvisar cualquier cambio de rumbo, en los momentos en que suceden problemas en las zonas bajas organizacionales.
  • Y todo ello ha concluido en daño para el consumidor.

Para convertir a los trabajadores obedientes en terminales automáticos y para establecer procesos de gestión con múltiples procedimientos que destruyan las capacidades autónomas de improvisación de los empleados obedientes, se han introducido en las corporaciones públicas y privadas a los organizadores burocráticos, los cuales han introducido en sus organizaciones comportamientos de crueldad.

martes, 13 de enero de 2009

El dinero como medida de todo poder.


Siendo evidente que el dinero es un medio de cambio de poder. A la sazón todos los seres humanos trasforman su fuerza trabajadora en dinero y se convierten en productores de bienes y servicios para obtener patrimonios dinerarios.
  • Según las relaciones de poder, se hace patente que los poseedores de dineros pierden poder en una magnitud directamente proporcional a la merma de sus patrimonios.
  • Todo aquel que pierde poder es engullido por alguien más poderoso. Esto causa que los poseedores de dineros nunca acepten disminuir sus patrimonios y perder poder.

Siendo la ambición y el ansia de poder una de las motivaciones más profundas del ser humano.

  • Entonces los poseedores de dineros nunca aceptarán disminuir sus capitales, es mas sus decisiones siempre estarán encaminadas a incrementar sus patrimonios.

Es por ello que en todo tratamiento de dinero se evidencia la ley del rendimiento máximo y continuo del capital con el menor esfuerzo de riesgo.

  • Esta ley indica que todo rédito ha de ser un beneficio renovable que rinde un capital, por lo que el rendimiento que exigen los poseedores de dinero a sus caudales ha de ser continuo.
  • Esta ley indica que los poseedores de dineros, particulares y empresas han de obtener crecimientos continuos en sus réditos.
  • Los dineros que no crecen se gastan en bienes no comercializables o se deprecian, disminuyendo los patrimonios y la magnitud de poder de los poseedores de dineros.

Así pues en toda observación de las luchas por el poder se evidencia la ley del crecimiento del poder individual por el desposeimiento del poder a los ajenos.

  • Esto implica que el decrecimiento del poder individual es debido al incremento del poder ajeno.
  • Como último corolario sucede que el individuo aspirante a mantener el poder permanente, ha de hacerse con el máximo de poder ajeno durante la duración de su vida activa.
  • Esta ley hace que los individuos productores que transforman su fuerza de trabajo en dinero, se conviertan en ahorradores o capitalistas, al tratar de incrementar sus patrimonios más allá de sus posibilidades productivas.
  • Ello a su vez evidencia la continua carrera furibunda de mutua competición entre ahorradores capitalistas para incrementar sus patrimonios.
  • Los réditos han de ser superiores a la media del mercado porque si no el poseedor de dinero al presenciar que “alguien va a crecer más que él” entenderá que está perdiendo poder.

Siendo evidente que todo trabajo por adquirir poder y obtener incrementos de riqueza implica esforzarse por asumir riesgos. Se hace patente la ley de la tendencia a obtener incrementos de patrimonios propios con inversiones más arriesgadas cuyos esfuerzos en resistir la inseguridad son decrecientes y son asumidos por terceros individuales o prestadores de dineros.

  • Porque todo riesgo implica un esfuerzo que se aminora según el crecimiento del rendimiento esperado.
  • Esto quiere decir que el esfuerzo de riesgo a una inversión con una expectativa del 5% es de diez unidades de esfuerzo, para una inversión con una expectativa del 10% es de doce unidades de esfuerzo.
  • Así pues el incremento de los riesgos supone menores incrementos de los esfuerzos de inseguridad.
  • Todo riesgo individual se aminora si es compartido por varios.
  • Así que el individuo capitalista se convierte en acrecentador de sus patrimonios apoderándose de cierta cifra de beneficios, a través de sus comisiones al incrementar patrimonios ajenos, teniendo menos sensación de riesgo al aventurar el dinero de un tercero, y esto se hace por medio de la banca y las empresas intermediadotas de dineros.

Las empresas comercializadoras de dineros líquidos o dineros por venir invierten con frecuencia de forma imprudente, porque tienen menos sensación de riesgo al aventurar un dinero tomado a crédito, bien de ahorradores o de la banca o sus semejantes.

  • Los sistemas decisionales se fatigan y se hacen imprudentes al tomar con mucha frecuencia determinaciones que suponen un esfuerzo por asumir riesgos.
  • Uno de las nociones aportadas por las neurociencias es la reactancia de los circuitos neuronales a los múltiples recorridos de un mismo mensaje por una misma red de neuronas.
  • Esto quiere decir que si un individuo disfruta comiendo pollo todos los días llegará un día en que lo detestará, al haber recorrido muchas veces el mensaje de satisfacción del sabor a pollo por el mismo circuito neuronal placentero, produciendo una energía resistente en el mismo circuito, la cual impide que circule el mensaje de sabor a pollo.
  • Aplicada esta noción neurocientífica a los circuitos de toma de decisiones en los ámbitos de las organizaciones comercializadoras de dineros, por causa de su fatiga decisional han disminuido significativamente la dispersión prudente de sus negocios y sus riesgos, concentrándose en pocos productos con altas tasas de beneficios y riesgos.
  • Tal es el caso de la banca española que en los días previos a la crisis económica del 2009 había concentrado sus riesgos en fusiones de compañías eléctricas, en aglutinamientos de empresas inmobiliarias y en negocios hipotecarios con alto riesgo.

Así pues en los últimos veinte años se ha ejecutado la ley de la tendencia a obtener incrementos de patrimonios propios, con inversiones más arriesgadas, cuyos esfuerzos de inseguridad son decrecientes y son asumidos por terceros individuales o prestadores de dineros.

  • Sucediendo que todo individuo trabajador productor se ha convertido en ahorrador capitalista.
  • Y posteriormente se ha transformado en comisionista de inversiones a terceros.

En las últimas dos décadas toda la comunidad inversora ha adoptado graves estrategias.

  • En una primera fase de globalización de mercados se han obtenido grandes crecimientos en los beneficios y riesgos, al estar impelidos a aceptar incrementos patrimoniales con no mucho aumento de sus esfuerzos de riesgos y al compartir riesgos.
  • En los últimos cuatro lustros toda la comunidad inversora en una segunda fase iniciada con la creación de la moneda única en la comunidad europea, ha concentrado sus riesgos en pocos productos con muchos beneficios y con muchos riesgos todo ello debido a la fatiga decisional.

La ley del rendimiento máximo y continuo del capital y la ley del crecimiento del poder individual por el desposeimiento del poder a los ajenos.

  • Han causado que el ahorrador desprecie las inversiones en investigación e innovación, por tener menos cifra de interés que la media del mercado
  • Han propiciado que la banca junto con las empresas comercializadoras de dinero hayan prestado más de lo que sus patrimonios líquidos se lo permitían, endeudándose imprudentemente con otras entidades financieras.
  • La banca junto con las empresas comercializadoras de dinero han concentrado sus riesgos en pocas operaciones por la fatiga de sus redes neuronales decisorias.

jueves, 8 de enero de 2009

Mamutes.

Esta crisis financiera mundial se debe en gran parte a la torpe ejecutoria empresarial de los M.A.M.U.T.E. Ejecutivos Muy Asalariados, y Muy Unidos en Trampas Empresariales.

Los Mamutes han forzado a las empresas intermediadoras de dineros a obtener rendimientos superiores a los crecimientos de los PIBs en occidente durante los últimos diez años, para incrementar sus salarios y sus blindajes. De ahí que el diferencial entre el crecimiento real de la economía y el crecimiento de las empresas manipuladoras de dineros, sea dinero tóxico.

Los Mamutes han despedido y han desaprovechado a una gran masa de trabajadores expertos en el tratamiento prudente de los productos dinerarios, todo ello para incrementar sus retribuciones.

Los Mamutes han impedido las subidas salariales en las zonas medianas y bajas de las empresas, para incrementar sus retribuciones.

Los Mamutes han manipulado datos, con intención de engañar.

Los Mamutes han creado rapiñadores en las compañías de capital riesgo.

  • Han llegado a empresas emergentes con saneadas administraciones.
  • Han forzado unas subidas de ventas engañando al consumidor.
  • Han disminuido las calidades de los productos y la excelencia de los servicios, para disminuir los costes.
  • Han despedido a muchos recursos humanos para mejorar la cuenta de resultados.
  • Han emitido cifras fantasmales de beneficios.
  • Y por último han vendido esa empresa semidestruida a algún incauto con unas plusvalías ficticias.

Los Mamutes se han unido para ser opacos en sus apaños.

Los Mamutes han fomentado las altas tasas de rotación de personal.

Los Mamutes han impedido los sindicatos de cuadro que hubiesen podido avisar y prevenir de situaciones de riesgo, al intentar defender los puestos de trabajo.

Los Mamutes han impedido que sus empleados comuniquen hacia arriba situaciones de riesgo.

Los Mamutes han impedido la comunicación de nuevos puestos de trabajo con nuevos productos.

Los Mamutes unidos han obligado a los poderes públicos para que subvencionen productos fáciles obsoletos que han nacido muertos.

Los Mamutes unidos han obligado a los poderes públicos a que sus retribuciones sean exentas de los gravámenes impositivos que caen sobre las espaldas del resto de los ciudadanos.

Los Mamutes son expertos en exculparse culpando al consumidor.

miércoles, 7 de enero de 2009

El trabajo es artifacción.

El ser humano por su propia esencia percibe el tiempo a través de su dolor, el individuo en el sufrimiento padece un continuo cómputo de las tareas que ejecutan sus emociones miedosas y percepciona la secuencia de acciones que realizan las capacidades que resisten a su agresividad.

El ser humano por su propia esencia percibe y siente lo extenso espacial por la descarga de las agresividades que le produce el miedo, mediante la manipulación de los objetos que bullen a su derredor, para elaborar instrumentos, que produzcan artículos, que disipen el miedo propio y el ajeno.

El individuo trabajador agrede a lo desconocido estudiándolo y entendiéndolo.

  • El trabajador se plantea problemas a sí mismo y diseña sus soluciones.
  • El individuo trabajador, inventa instrumentos productivos o intelectivos aplicados a las soluciones proyectadas, y se entrena en su utilización.
  • El individuo operario produce artículos que le benefician restándole miedo ante sus necesidades de supervivencia.
  • El individuo trabajador aporta a los demás, los artículos que ha artificiado para el beneficio no solo propio sino ajeno, evitando y previniendo así el posible miedo que le puedan infundir los ajenos.
  • El individuo trabajador aporta a los demás los artículos que ha artificiado para el beneficio de los demás por amor y enlace a la humanidad.
  • El individuo es humano cuando trabaja investigando y elaborando porque controla, domina y resuelve sus dolores, sus miedos y sus agresividades.

Una de las tareas mas importantes del trabajador es activar sus potencias cognoscitivas para enlazar la res extensa con la Vis Creans, la fuerza que mueve al universo y entender y comunicar cosas que pertenecerán al mundo de la res communis cogitans.

  • La res cogitans individual emana de las gestalts que realiza el cerebro por prueba y error.
  • Lo único que puede ser común a la humanidad, es la res cogitata elaborada por un individuo, la cual ha sido consignada como exitosa en el ámbito comunitario.
  • La mayor garantía de éxito comunitario imperecedero es que la res cogitata individual descubra los movimientos de la Vis Creans.

El trabajo es planificar, pensar y actuar. El conjunto de estas tareas destinadas a un fin es una artifacción.

  • El individuo se deshumaniza en el ocio.
  • El individuo pierde el control de sus emociones cuando no inventa, cuando no estudia los problemas que le acometen, cuando no manipula los objetos o las herramientas con un fin resolutivo de sus miedos, cuando los artefactos que produce no le rebenefician directamente a él, cuando los artículos producidos por él benefician a muy pocos de sus semejantes.
  • Todas las potencias cognoscitivas y pensantes del ser humano se enlazan armónicamente con las facultades orgánicas corporales y sus emociones a través del trabajo.

El buen trabajador en un adecuado puesto de trabajo puede llegar a hacerse humano en el pleno sentido de la palabra y podrá emitir acciones y pensamientos verdaderos, bondadosos y hermosos, llegando incluso a disfrutar de muchos momentos de su vida.

El mal trabajador en un adecuado puesto de trabajo puede llegar a hacerse inhumano y emitirá acciones y pensamientos falsos, malévolos y grotescos, llegando incluso a detestar en muchos momentos de su vida.

El buen trabajador en un perverso puesto de trabajo puede llegar a sentirse inhumano y actuará en muchas ocasiones de forma errónea, descaminada y caricaturesca, llegando incluso a detestar en muchos momentos de su cotidiano quehacer poniendo todas sus esperanzas en el ocio.